Tras una situación sorprendentemente tensa después de un partido de Voleibol de la iglesia, Candy le propone a Allan que tengan una aventura. Pese que él se niega al principio, no tardan en comenzar a planear su infidelidad.

Mientras su aventura continúa, Candy teme que tanto ella como Allan rompan su primera norma: nada de sentimientos. Más tarde, Candy no se toma a bien la noticia de que Allan y Betty se han apuntado a un retiro para matrimonios cristianos.

Todo vuelve a la normalidad cuando Candy se ve obligada a evaluar su matrimonio, pero Pat descubre algo que le plantea muchas preguntas para Sherry.

Tras un siniestro acontecimiento Candy intenta seguir con su vida, mientras Allan está cada vez más preocupado cuando Betty no contesta a sus llamadas.

Cuando al policía intensifica sus interrogatorios, Candy conserva como abogado a Don Crowder. Mas tarde, Allan le confiesa su infidelidad a la familia de Betty. Pat se siente frustrado por la poca información que recibe.

En 1980 comienza el juicio y el testimonio de Allan sobre el estado mental de Betty no gusta a su padre. Candy recibe la visita del furioso pastor Jackie.

A pesar de las preocupaciones de Don sobre su claridad mental, Candy testifica que temía por su vida. Mientras esperan el veredicto, Pat le dice a Candy que sus vidas nunca serán las mismas.