A Juan le dan el alta y vuelve a casa. Rafael ha comprado el videoclub y le da a Paco un mes para que ponga un negocio rentable. Intenta también hacerse con el piso de Carlos, pero alguien se le ha adelantado. Belén deja a Emilio, pero él le pide que intenten solucionarlo yendo a terapia de pareja. Por último, Juan y Rafael se alían para echar a Yago, que no tiene papeles, del país.

Mamen, la mujer de Higinio, invita a todos los vecinos a una cena en su casa para conocerse mejor. Mientras tanto, a Belén, que sigue con el psicólogo, le entran remordimientos. Mauri está completamente deprimido por la ausencia de Fernando. Yago empieza a trabajar en el colegio de Juan Cuesta y monta una huelga de profesores.

Juan e Isabel preparan su viaje a Canarias. Yago y Natalia se apuntan a ir con ellos, pero José Miguel consigue quedarse solo y montar una fiesta. Rafael cierra los dos balcones de su piso y el resto de los vecinos también se apuntan. Vicenta se venga del puñetazo que le dio María Jesús. Por último, Paco propone montar en el local un lugar para que los ejecutivos se echen una siesta.

En casa de Mamen van a grabar un anuncio, pero, a última hora, los de la agencia cambian de idea. Por otra parte, Bea, Mauri y Fernando no saben cómo decirle a Ana que el padre de su hijo va a ser Mariano. Mientras tanto, Emilio continúa su relación con Raquel, aunque con muchas dudas. Belén se percata del interés que despierta Rafael en su madre y está encantada con la idea.

Marisa y Concha deciden abandonar a Vicenta e irse a una residencia. Mientras tanto, a Vicenta le han colado un billete falso de cincuenta euros. Tanto Belén, como Ana y Bea, echan de menos a María Jesús, aunque por distintos motivos. Candela quiere una scooter, pero sus padres no se la compran. Paco se separa de Lourdes y Pablo se ve obligado a hacerle un sitio en el ático.

Rafael encarga a Emilio que limpie el piso porque se lo va a dejar a un amigo suyo. Los Cuesta necesitan otra habitación para José Miguel. Higinio se encargará de la obra, pero tienen que dejar el piso vacío. Vicenta, que sigue sola, les ofrece su casa a Juan e Isabel. Fernando vuelve a casa cansado y se queda dormido viendo una película con Mauri, pero esto no le gusta nada a su pareja.

Los Cuesta siguen con obras en su casa y Mariano decide aprovechar también para hacer algunos arreglos en la portería. Bea, Ana y Fernando están de acuerdo en que Ezequiel debe ir a una guardería. Mauri es el único que se niega en rotundo. Paco y Belén continúan su relación a escondidas.

El padre Miguel le alquila a Paco la trastienda del videoclub para montar una radio pirata. Marisa, Vicenta y Concha aprovechan para hacer un programa de radio-patio. Solo falta un día para la boda de Mauri y Fernando. Belén y Paco siguen con su relación. Por último, Natalia ha decidido dar a luz en casa, pero la obra aún está sin terminar.

Los vecinos han pasado la noche en vela porque la nieta de los Cuesta no para de llorar. Natalia está pasando por una depresión postparto y es Yago el que se tiene que ocupar de la niña. Ese día es el funeral de Paloma y radio-patio prepara una programación. Culpabilizan a Paco por haberle robado la novia a Emilio. Por último, Mauri al fin le descubre a Fernando el destino de su viaje de novios.

Emilio y Belén necesitan dinero inmediatamente para pagar al abogado. El problema es que los habitantes de “Desengaño, 21” están sin dinero. Mientras tanto, Vicenta sigue sin aparecer y los Cuesta ya están muy preocupados. Para colmo, Rafael se venga de ellos por haberle denunciado por la emisora pirata y los echa de su casa.

Emilio y Belén ensayan la discusión que piensan interpretar ante el altar para cancelar la boda. Rafael y María Jesús le regalan a Belén un todoterreno de lujo y el vestido de novia diseñado por Victorio y Lucchino. Por otra parte, la obra en casa de los Cuesta sigue parada. Juan ha conseguido los papeles para la licencia y ya solo le falta la autorización de la comunidad de vecinos.

Belén y Emilio se esconden en una pensión porque los vecinos piensan que están de luna de miel. Higinio termina al fin la obra en casa de los Cuesta, pero Mamen ha comprado muebles nuevos y, ante la falta de espacio, obliga a su marido a tirar el tabique que separa ambas casas. Por último, Mariano también se pone a reformar la portería, pero se va a encontrar con una desagradable sorpresa.