“En las llanuras de Galiolith, campanas cristalinas anuncian un nuevo comienzo a todos los que desean oírlas”. Ghillie Clethrad, "Himnos Flumerian" año 6104

La Eureka Meru ha recibido 3 pasajeros de otro transporte, se trata de monjes Wayist. Uno de los monjes fisgonea por la Meru y se enfrenta a otros dos, que parecen buscar algo que el primero ha debido esconder en la nave. Estos monjes llevan unos colgantes cuadrados y de color negro, que el primer monje llama "collares abismales". La confrontación se intensifica y uno de los monjes pega un tiro al primero. Beka y Dylan vienen a investigar lo que ha pasado y han de luchar contra ambos monjes hasta que uno de ellos aprieta su collar y un fuerte ruido deja a Dylan y a Beka fuera de juego, pero cuando se recuperan y logran tomar el mando de la situación los monjes se tiran al espacio por la escotilla.

Beka vuelve a junto el monje al que le pegaron un tiro. Él está todavía vivo, pero mortalmente herido. Reconoce a Beka, y, antes de que morir le dice: “Tu presente, no dejes que descubran tu pasado" después muere y se ve un tatuaje de recolector.

El análisis de Andrómeda de los monjes que saltaron al espacio por la escotilla revela que ellos no eran humanos, pero construidos por isótopos radicales, es decir eran agentes del abismo.. Rhade ha encontrado información que revela que el monje muerto ha estado viviendo como Wayists durante 25 años, y su nombre era Theocrattus. Beka les comenta que ella conocía a Henry Theocrattus Wezlow (Aaron Douglas ) quien, con su esposa, Nema (Stefanie von Pfetten), trabajó para su padre en la Meru cuando ella era joven, y está sorprendida al no haberlo reconocido. Dylan observa que Wezlow era "un verdadero" recolector, no uno de aquellos que buscan el poder y además que vino a la nave a encontrarse con Beka.

La tripulación de la Andrómeda comience entonces la búsqueda de un archivo que permita interpretar las últimas palabras del fallecido.