Después de su paso por prisión, Des vuelve a trabajar con Mary. Pero cuando un nuevo caso los conduce a un resultado devastador, ella se plantea seguir en solitario. Mientras, la aparición de una misteriosa mujer llamada Olivia complica aún más la situación y hace que resurjan ciertos asuntos del pasado.

Tras la ruptura profesional con Mary, Des considera hacer negocios con Annie y juntos tratarán de ayudar a un joven paciente con cáncer terminal. Por su parte, Mary introduce a su hermana Nicole en el negocio para que experimente lo que es ayudar a alguien a terminar con su vida. Al mismo tiempo tendrá que lidiar con Olivia que la chantajea. Mary entrará en un peligroso juego que curiosamente la llevará a reencontrarse con Ben.

Ben trata de ayudar a Mary y le pide que vaya a la policía a declarar. Pero Mary no se siente segura y teme por su vida y la de sus hijas así que decide tomar medidas drásticas. Des vuelve a la vida de Mary después de una conversación con Annie. En el hospital Mary entabla una relación especial con un paciente terminal que le habla de irse a Suiza.

Siguiendo con su investigación, Ben va a visitar a Olivia para preguntarle sobre la desaparición de su marido. Después de lo ocurrido, no sabe si puede fiarse de Mary. Lo mismo le pasa a su hija Jess, que sospecha de su madre. El paciente de 21 años de Des, Joshua, años decide que su hora ha llegado. Su muerte se convierte en un factor de cambio en la vida de Mary.

Todo le parece bien a Mary, Ben le ha perdonado, y ella y Des han decidido seguir adelante con el retiro de la muerte. La única preocupación persistente para Mary: su hija Jess, que la odia, y no se cree una palabra en su boca.

Mary decide usar un cable para ayudar a Ben a derribar a Olivia, pero cuando su plan da un giro inesperado, Mary debe reconsiderar su lealtad. Mientras Des y Nicole se preparan para la muerte de Brendan, Des se enfrenta a dudas sobre su sueño.