El zar Nicolás II sube al trono de Rusia en 1894 y rechaza el pensamiento moderno para imponer una autocracia feroz. La tragedia marca el día de su coronación.

La desastrosa guerra entre rusos y japoneses provoca una insurrección civil. Cuando el príncipe Alekéi le diagnostican hemofilia, aparece el místico siberiano Rasputín.

Rasputín goza cada vez de más influencia. Los Romanov llevan una vida de lujos mientras las fuerzas del zar reprimen violentamente las protestas de un pueblo hambriento.

La Primera Guerra Mundial estalla y Nicolás marcha al frente. En Rusia, la indignación aumenta por el número de víctimas y las intrigas políticas de Alejandra y Rasputín.

Rasputín se marcha, pero Nicolás sigue con sus desacertadas políticas en la guerra y en el país. Las penurias empujan al pueblo a levantarse y empezar una revolución.

El zar abdica y comienza la guerra civil. El Ejército Blanco se acerca al lugar donde los Romanov están prisioneros, pero el destino de la familia está escrito.