Una vieja amiga quiere que Sebastián haga un monólogo en la fiesta de cumpleaños de su padre. Sebastián accede de mala gana..., y el desenlace es desafortunado.

La incompetencia de Sebastián para encargarse de sus hijos pone en peligro el día libre que tanto necesita Pilar para probar cosas nuevas.

Antes de partir para Madrid, Gastón se opone a ver a la familia e insiste en salir a divertirse con Sebastián, incluso a pesar de su reciente emergencia médica.

Justo cuando Sebastián comprende que nunca quiso separarse de Pilar, ella lo llama con urgencia. Pero lo que tiene que contarle es lo último que él esperaba escuchar.

Pareciera que a Sebastián le llueven golpes a diestra y siniestra, todos al mismo tiempo, pero deberá decidir cuál de los cambios tiene mayor potencial.