Mientras Kyle, Daisy y Mark Gray planean un ataque personal contra Ryan, el FBI recibe información que les conduce a un lugar secreto y les permite sacar ventaja en el caso.

El día de un juicio importante, las cosas van mal, lo que provoca que el FBI se separe para encontrar a una persona desaparecida. Con su equipo desmoronándose, Ryan consigue la ayuda de un antiguo enemigo para derrotar a uno mayor en la segunda parte de un episodio especial de dos horas.

Con su último objetivo a la fuga, Ryan y Mike siguen una pista hasta un pequeño pueblo para investigar y confirmar que su objetivo no busca protección. Allí descubren una amenaza aún mayor que se las había arreglado para pasar desapercibida hasta ahora. Mientras tanto, Max se esfuerza en hacer una confesión.

A solo unos días de la ejecución de Joe Carroll, Ryan y Mike se centran en otra amenaza diferente. Mientras tanto, Max que ya cuenta con aprobación para trabajar de nuevo, se une al cuerpo especial y se acerca peligrosamente a una amenaza mortal.

El FBI se acerca a un sospechoso que creen que es el culpable de los últimos asesinatos, pero Ryan cree que el asesino todavía está allí, lo que lo lleva a profundizar en territorio peligroso. Mientras tanto, Joe se somete a una evaluación en los días previos a su ejecución y una nueva amenaza intenta cubrir sus huellas.

Después de su último e impactante descubrimiento, Ryan está siendo seguido por un nuevo asesino huidizo en un juego del gato y el ratón, que les lleva a ambos hasta Joe Carroll por distintos motivos. Mientras, Max y Mike buscan la pista robada y Mark toma una impactante decisión.

La ejecución de Joe Carroll se aproxima y el equipo está nervioso, sabiendo que la cosa no será fácil. Los peores temores del equipo se hacen realidad cuando se produce una situación con rehenes en la prisión que obliga a Ryan a entrar solo mientras el mundo observa.

La investigación lleva al equipo hasta un peligroso asesino en serie conectado con Theo, mientras Theo y Penny buscan refugio con una fuente desconocida para que les ayude a desaparecer. Mientras tanto, Ryan lucha internamente con los últimos acontecimientos, inmerso en una espiral autodestructiva, y continúa la investigación para descubrir al agente que ha estado accediendo al portátil de Daisy desde dentro del FBI.

El cada vez más temerario Ryan continúa su búsqueda de Theo, mientras Mark y Daisy descubren información que les acerca más que nunca al FBI y a Mike Weston, lo que pone a Mike en una situación peligrosa.