Por fin se ha hecho pública la sentencia y la multa millonaria a la que tiene que hacer frente el crucero Ancla por hacer volcar el barco de la Familia Real y la reacción del dueño de la naviera no se ha hecho esperar: Mariano, su inepto hijo hasta ahora director del crucero, es sustituido por Marga, su otra hija, que llega dispuesta a poner orden con mano de hierro en todo el desaguisado. La noticia no es bien recibida por nadie, pero menos por Gabriel, el capitán. Marga es su exmujer y se odian profundamente. Además ha venido con Olivia, su hija adolescente, a la que el desastroso marino apenas ve desde que se separaron. Tampoco se lo toma bien el resto de la tripulación, que ve peligrar sus puestos de trabajo en esta nueva situación. El primer reto al que se enfrentan es grande: en su primer viaje tras el desafortunado incidente van a recibir la visita de Angela Merkel. Gabriel y Mariano se las ingeniarán para dejar a Marga en evidencia y conseguir así un fracaso sonado de su primera gestión. Pero con lo que no han contado es con que Raimundo, el nuevo camarero, se ha envuelto en un asunto que podría llevar la visita de la canciller alemana a los titulares de la prensa de todo el mundo.

Mariano y Gabriel se encuentran con una patera repleta de inmigrantes y deciden rescatarlos y esconderlos, sin que Marga se entere, hasta que lleguen a puerto y allí entregárselos a la Cruz Roja. Mientras, Marga está ocupada en otros asuntos. Gracias a sus contactos ha conseguido que se celebre en el Ancla II la gala Miss Costa Española. La directora pone a todos en su sitio para evitar que el acto sea un desastre como fue la visita de Angela Merkel. Además de organizar la gala, tendrá que tener un trato especial con el presidente del certamen, Salazar (Javi Coll) un importante constructor y además amigo íntimo de su padre. Una tarea ardua complicada, ya que Salazar es un tipo mal educado, machista y racista, entre otras “virtudes”. Pese a que la corona de Miss Costa Española está en una urna bajo la atenta vigilancia de Campillo, Natalia no puede evitar probársela y sentirse como una reina por unos segundos, pero la felicidad le durará muy poco.

En su afán por rentabilizar el Ancla II, el dueño de la compañía crea un servicio de bodas a bordo, para desgracia de Gabriel. La primera pareja que acude solicita también la organización de una despedida de soltera para ella y Marga preparará todo con gran dedicación, pero tendrá problemas a la hora de encontrar un stripper: necesita un hombre guapo y con un cuerpo de escándalo y entre la tripulación no halla candidatos… hasta que se le ocurre una idea brillante.

Mientras la tripulación del Ancla II está celebrando por todo lo alto el cumpleaños de Palmira, la bebida hace estragos entre los asistentes y nadie participa en el simulacro de incendio que había organizado Marga. En represalia, la directora decide hacer análisis periódicos de alcoholemia a los trabajadores para garantizar que no se repitan este tipo de celebraciones, pero esta impopular medida le crea más de un problema. Tanto es así, que Mariano decide basar en este punto el programa electoral de su candidatura como representante del buque en la Conferencia de Cruceros de Copenhague. Para ganar adeptos, promete abolir la decisión de su hermana, pero en su particular carrera electoral no está solo: Natalia también utilizará sus recursos para tratar de viajar a la capital danesa.

Al embarcarse en el Ancla II Palmira pensaba haber dejado atrás de una vez por todas su antigua vida. Sin embargo el pasado siempre vuelve y el de la jefa de las limpiadoras regresará al subirse al buque Jacinta, una vieja “amiga” a la que da vida Loles León.

En su afán de beneficiarse de cualquier situación que transcurre a bordo del crucero, Mariano no dejará pasar la oportunidad de rentabilizar al máximo la visita de la estrella de fútbol Cristiano Ronaldo, personaje interpretado por un doble, que se embarcará en el Ancla II para grabar un spot publicitario.

Marga está a punto de salvar al ‘Ancla-II’ de su deuda: tiene que convencer a un rico matrimonio de que invierta en el barco pero, para conseguirlo y, teniendo en cuenta de que son una pareja tradicional cercana al ‘Opus’, debe fingir que sigue felizmente casada con Gabriel.

Después de pasar el mejor "medio verano entero" de su vida siendo el guardaespaldas de su adorada Chenoa, Campillo enloquecerá al volver a ver a su musa a bordo del Ancla II, en el cameo que la artista mallorquina protagonizará en el desenlace de la primera temporada de la serie. La artista aparecerá en la lista de pasajeros del crucero y la tripulación del buque intentará ocultárselo a toda costa al jefe de seguridad. Sin embargo, Campillo se dará cuenta de que sus compañeros se traen algo entre manos y gracias a sus grandes dotes detectivescas descubrirá que se trata de la visita de la artista, lo que le hará entusiasmarse pensando que va a estar otra vez con ella. Al mismo tiempo, el Ancla II organizará unas "Jornadas Gay". Entre los asistentes al evento se encuentra Fátima, una mujer a quien Gabriel conoció hace tiempo cuando se llamaba Pepe. Los encantos de esta nueva pasajera no pasarán desapercibidos ni para Mariano ni para el capitán del barco, que no le quitará el ojo de encima a pesar de que le cuesta creer que su viejo amigo es quien