Frank Lopsis es el propietario de un desastroso sello discográfico. Poco a poco sus artistas empiezan a dejarle y el último con el que contaba, Jibé, le da un ultimátum. El nuevo disco que acaban de lanzar será el último. Frank, al borde de la bancarrota y sin artistas decide que la única solución es planear el asesinato de Jibé y hacerlo parecer un suicidio. Pero cuando Agnès es enviada a investigar el caso pronto se dará cuenta de que tal vez "el suicidio" ha sido sospechosamente perfecto.

Nathan Joliez es un socio minoritario en una compañía de contratación de yates de lujo cuyo mayor accionista es Marc Livi. Su relación lleva siendo mala desde hace bastante tiempo, especialmente desde que Livi se mudara con la exmujer de Nathan. Así que a Nathan no le queda otra opción, ha de deshacerse de Marc antes de ser forzado a dejar la compañía que ambos fundaron juntos. ¿Cómo podrá Agnès demostrar que Nathan mató a su compañero?

Adèle, una enfermera de 45 años de inmaculada reputación y madre de tres hijos, mata a su padrastro a sangre fría. El policía Richard Delaunay se pondrá rápidamente manos a la obra para resolver este asesinato. Pero la falta de testigos y la aparición de 20 potenciales sospechosos hará que la investigación sea algo más que complicada.

En el día de su jubilación, el juez Philippe Sevran asesina a su mujer en su espectacular casa en el Golfo de Morbihan. Su amigo, el capitán Delaunay es enviado a investigar el caso. Pero hay un problema: Delaunay es el amante de la víctima, lo que lo convierte en el principal sospechoso. La batalla entre estos dos hombres no ha hecho más que empezar.

El cuerpo de un hombre es encontrado mutilado por la hélice de su propio bote. Todo apunta a un terrible accidente, especialmente desde que su mujer y la pareja que había ido a pasar el fin de semana tienen solidas coartadas. Sin embargo, el Inspector Roche no descartará ninguna posibilidad ya que todos ellos tienen una razón para querer a este hombre muerto.

Para vengarse del hombre que lo envió a la cárcel, Fabio Magrini lo mata a distancia a través de un diminuto robot por control remoto, lo que le ofrece una coartada perfecta. Es un plan extremadamente minucioso y perfectamente ejecutado, pero cuando Roche descubre que el apartamento que había alquilado Magrini tenía vistas a la escena del crimen, le basta para sospechar de él. Y cuando Roche sospecha algo, nunca abandona un caso.