La recién llegada Takita intenta encontrar su sitio en el dirigible junto al excéntrico Mika. La tripulación lidia con unos tercos lugareños y un montón de problemas.

Takita sigue aprendiendo sobre la caza de dragones. Y cuando uno de estos se acerca al dirigible, la chica toma cartas en el asunto. Más o menos.

La vida cotidiana a bordo del dirigible es frenética pero divertida. Cuando se desata una violenta tormenta, Giraud le habla a Takita sobre el mítico dragón brillante.

Se arma un revuelo cuando aparece un retrato íntimo de Vannie, con la que Takita pasa un rato. Más tarde, Mika y un extraño dragón desatan un alboroto.

El dirigible se prepara para hacer una parada muy esperada en la ciudad de Quon. Pero al ir al rescate de un barco, se cruzan con unos piratas del cielo.

La tripulación aterriza en Quon. Takita recibe nuevas responsabilidades y visita con Mika al jefe de una tribu. Giraud se mete en problemas cuando sale con los chicos.

Las cosas acaban mal en la ciudad cuando un barco rival no logra someter a un dragón. La tripulación del dirigible acude al rescate a pesar de las intenciones de Mika.

La tripulación sigue intentando someter al violento dragón. Giraud toma cartas en el asunto para proteger la ciudad.

Los malotaos ayudan a cortar y despedazar el cuerpo del dragón. Los miembros más pequeños de la tripulación deben realizar una tarea ingrata. Katja ayuda a cocinar.

Se reanuda la vida cotidiana en el dirigible, hasta que la tripulación debe realizar una ardua tarea y Takita cae por la borda. Más tarde, recibe una ayuda inesperada.

A Takita le cuesta empezar a comer. Aschera la lleva, junto con su pequeño acompañante, a ver a su gente. Entonces, la joven toma una decisión importante.

La búsqueda de la tripulación termina de manera satisfactoria. A Takita se le presenta una oportunidad increíble y decide resolver unos asuntos pendientes.