Tras ascender al trono otomano, Mehmet II envía un claro mensaje al emperador bizantino Constantino XI. Los mercenarios genoveses aparecen en escena.

Mehmet II lanzó un feroz asedio para destruir las murallas de Constantinopla, pero los mercenarios de Giustiniani lograron rechazar a los jenízaros.

Los hombres de Mehmet II cavan túneles para dañar las murallas de la ciudad. Cuando un bloqueo en el mar falla, el viento se vuelve contra los otomanos.

Mehmet II traslada los barcos por tierra hasta el Cuerno de Oro con una habilidad audaz y previsora. Giustiniani ataca a la flota otomana bajo la sombra de la traición.

En medio de una espiral de muerte, violencia y desmoralización, Mehmet II le hace una atractiva oferta a Giustiniani. El Gran Visir aconseja a Mehmet II que haga una tregua con su enemigo.

Los cañones otomanos redujeron las murallas a escombros y los refuerzos venecianos llegaron demasiado tarde. Mehmet II inauguró una nueva era para el Imperio Otomano.