Gracias a un enfermero de la prisión, Lynch finge su muerte y escapa. Pero Ochoa sigue atentamente sus pasos. Lynch e Isabel, que huyó también del hospital, se instalan en el sótano. El funerario está decidido a seguir con el Cartel del Ataúd.

El Cartel del Ataúd acepta el caso de Abel, un joven gitano enamorado de Coral, una chica comprometida con un hombre del clan rival. Mientras, Pablo asesina a Sandrine y a Junior, y Lynch se arrepiente de haberlo ayudado a huir de la cárcel.

El Cartel del Ataúd decide ayudar a una novia gitana. Calderón intenta suicidarse. El hombre a quien Salvador e Isabel robaron tiene a Ximena trabajando como cantante. Angela descubre el paradero de Emilio y por infiel lo entrega a la policía.

Isabel huye de Calderón con el millón de dólares que Salvador y ella le robaron. El recuerdo de lo que pasó con Salvador acude a su mente. Ochoa está cerca de dilucidar la verdad y Ángela descubre a Lynch en la funeraria.

Un nuevo caso ocupa al Cartel: Roger Márquez, un cirujano plástico, necesita fingir su muerte y realizarse una intervención quirúrgica que cambie su fisonomía. Lo que Lynch no sospecha es la identidad del mafioso que amenaza a Márquez.

Calderón aparece en la iglesia y les da 48 horas para que le devuelvan el millón de dólares que Salvador e Isabel robaron. Ante la urgencia, Lynch decide ejecutar el plan de Restrepo, el empleado de una aseguradora que quiere estafar a la compañía.

El plan de Restrepo resulta ser otro: estafar a Marcos Sartori, un millonario coleccionista de arte que guarda dos millones de dólares en una caja fuerte. Para cumplir con el plan, se suman dos socios de Restrepo, pero surgen complicaciones.

Para desesperación de los ladrones, la caja fuerte de Sartori está vacía. La policía sigue a Lynch hasta un cementerio, donde planea reunirse con Calderón. Lynch escapa, pero es secuestrado junto con Salvador y despierta en Buenos Aires.