Conor y Ashley reclutan al debutante del año de la NBA Karl-Anthony Towns para que juegue con ellos en un partido benéfico de baloncesto.

Conor se entera de que la antorcha olímpica va a pasar por Redwood. Se presenta como candidato a llevarla con la esperanza de mejorar la imagen pública de su equipo en televisión.

Los Pulgares Furiosos se pierden de camino a un torneo y acaban en México, donde se ven en un serio problema con la ley.

Conor y el equipo se enteran del puesto que tienen los Pulgares Furiosos en la clasificación de la Liga Internacional de Videojuegos, que presenta el famosísimo Faruq Tauheed.

Tras ocasionar problemas a Janice, los chicos se ven obligados a ayudar en un programa de tutelaje, vigilando a niños durante la semana.

Tanto Redwood como Yuba afirman que ganaron la Batalla del Tocón hace más de un siglo, de manera que ambos pueblos vuelven a enfrentarse para decidir quién es el ganador de una vez por todas.

Los jugones convencen a Janice para que les ayude a entrar en una peli de acción para mayores, pero lograr que no se vaya antes de tiempo es más difícil de lo que pensaban.

Los jugones deben demostrar entereza al quedar atrapados por accidente dentro del instituto con sus profesores.

Cuando la tía de Ashley le lega un cofre con material para cazar fantasmas, Conor y Wendell ven la oportunidad de hacer dinero con un negocio de espiritismo.

Ashley recibe una invitación para participar en un prestigioso campeonato solo para chicas y el resto del equipo va con ella para darle su apoyo.

Después de pedir a todos los profesores que supervisen el club de video juegos, se ven obligados a recurrir a la última opción: el señor Funkus.

Alguien se carga el trabajo para la feria cultural de Franklin, echan la culpa a Wendell y lo mandan a una escuela para delincuentes. Conor, que cree en su inocencia, trata de limpiar su nombre

Después de pasarse el juego de una vieja máquina recreativa, Wendell se convierte en un éxito en todo el instituto y recibe un premio especial del creador del juego.

Conor y Wendell se apuntan a un torneo que, si logran ganar, pagará el coste del viaje de los chicos al campeonato nacional de la liga.

Los Pulgares Furiosos se disponen a competir en el torneo nacional, cuando se dan cuenta de que los cuatro mejores jugadores han unido fuerzas para formar un equipo invencible.