Tosas Fuentes, Ramón. Ivà. Manresa (Barcelona), 1941 – Briones (La Rioja), 22.VII.1993. Dibujante y guionista de cómics.

Comenzó a ganarse la vida como dibujante y guionista de historietas a partir de 1970. Formó equipo junto a Óscar (Óscar Nebreda) y comenzó a publicar historietas de forma regular en las páginas de las revistas Garbo, Matarratos, Mujer, Patufet, Vida, así como en el Diario de Barcelona y en las revistas infantiles Cavall Fort, L’infantil y Oliflama.

Óscar e Ivà fundaron en 1972 su propia revista: Barrabás, que mezclaba el deporte con un tipo de sátira social que plantó la semilla para el tipo de humor que más tarde se haría en el El Papus, y que, dada la censura del momento, a Ivà le supuso varios juicios y consejos de guerra por sus comentarios combativos. Cansado de las presiones, Ivà se exilió a Londres entre 1973 y 1975. A su regreso fundó una nueva revista: El hincha enmascarado, que sólo duró doce números. Se reincorporó a El Papus y colaboró con el dibujante Carlos Giménez. Tras el atentado ultraderechista contra El Papus el 20 de septiembre de 1977, en el que murió un conserje, Ivà se hizo cargo de la dirección de la revista hasta su cierre en 1987. En 1986 comenzó a publicar en El Jueves sus dos series más conocidas: Makinavaja, el último choriso e Historias de la puta mili, que aparte de alguna adaptación teatral han sido llevadas al cine y la televisión. Las películas Makinavaja, el último choriso (Carlos Suárez, 1992); Semos peligrosos (uséase, Makinavaja 2) (Carlos Suárez, 1993) e Historias de la puta mili (Jesús Font, 1994), las dos primeras con guiones del propio Ramón Tosas, y las series de televisión Makinavaja (José Luis Cuerda y Carlos Suárez, 1994) e Historias de la puta mili (Manuel Esteban, 1994), ambas con guiones de Ivà, han convertido a sus personajes en inmortales.

Uno de sus últimos trabajos, antes de su muerte en un accidente de tráfico, fue la serie “El diablo Mefisto y el ángel Pajarito”, para El Periódico de Catalunya. Su característica más acusada como autor fue un dibujo sencillo y una enorme cantidad de texto que desbordaba cada imagen con un lenguaje que imitaba el habla de la población marginal y que suponía una ácida crítica social no exenta de faltas de respeto que constituían un sello personal de humor negro.

La revista El Jueves publicó poco después de su muerte una retrospectiva de su obra bajo el título Ivà, el libro (1993). En su memoria se creó un premio de cómic que lleva su nombre, y que han recibido prestigiosos historietistas.