Angela parece una madre feliz, pero esconde algo: su marido, Oliver, es violento y manipulador. Cuando Ed, un detective privado, se pone en contacto con ella, Angela descubre que Oliver quiere el divorcio

Angela no deja de darle vueltas a lo que le ha contado Ed sobre su marido y que confirma sus peores temores. Se esfuerza por aparentar normalidad con Oliver y los niños, pero Ed quiere que actúe en contra de Oliver.

Angela ha accedido a llevar a cabo el plan de Ed y empiezan a prepararlo. Angela pasa el día con el piloto automático puesto, preparándose para esa noche. Pero ¿podrá hacerlo?

En las sesiones de terapia, Angela recuerda el pasado y se da cuenta de cuánto tiempo lleva Oliver maltratándola. Aunque Angela empieza a cuestionárselo todo, no puede quitarse a Ed de la cabeza ni tampoco lo que le ha dicho.

Angela trabaja para buscar pruebas de lo que Oliver y Theo le hicieron. Deberá echar mano de toda su fuerza, ingenio e inteligencia para ganar a Oliver de una vez por todas y asegurarse de ya no podrá hacerles daño ni a ella ni a sus hijos.