Ahora que Fiona tiene un empleo y Lip está en la universidad, los Gallagher podrían ser felices. Pero cuando no se tiene nada, mejorar no es fácil.

Fiona se niega a donar su hígado. Frank se va a otro lado.

Mientras Frank se acerca, quizás demasiado, a su confiada hija Sammi, Fiona se lleva bien con el hermano drogadicto de Mike, Robbie.

Frank crea un “accidente” para pagar su trasplante.

Las malas decisiones de Fiona se desbordan cuando Robbie informa a Mike de su relación, dejando a Fiona sin trabajo. Frank y Sammi se unen más.

Mientras la familia, sin Frank, espera con nerviosismo noticias sobre la condición de Liam en el hospital, Fiona va a la cárcel municipal.

Con órdenes judiciales para Fiona de permanecer en casa y la enfermedad de Frank dejándolo imposibilitado, la tutela recae totalmente en Lip.

Fiona se prepara para una visita de su oficial de libertad condicional a la vez que Ian regresa a la casa de los Gallagher, algo muy esperado.

Mientras está castigado, Carl conecta con una chica con problemas llamada Bonnie. Sheila vuelve con planes para adoptar niños nativos americanos.

Cuando Fiona pierde el control al divertirse con los amigos degenerados de Robbie, la familia sale a buscarla, como solían hacer con Frank.

Frank despierta de su cirugía mientras Fiona es llevada a un centro de correcciones. Ian le da un ultimátum a Mickey por su falta de dedicación.

Frank comienza a recuperarse a medida que Sheila lucha por la custodia de los niños nativos americanos y discute con Sammi sobre dónde vivirán todos.