La malvada bruja Sulinara planea robar las tres piedras de estrella, que están en poder de los jóvenes acompañantes de Conan.

Conan y sus amigos intentan liberar la ciudad de un malvado rey, pero Conan es capturado y obligado a luchar a muerte en la arena.

Sulinara envía pesadillas a los niños, para así poder hacerse con las piedras de estrella.

Conan y sus jóvenes acompañantes buscan un lagarto gigante, cuyas escamas son un medio eficaz contra cualquier veneno. Sin embargo, el propietario sin escrúpulos de un circo, anda también tras el fantástico animal.

Sulinara está buscando una piedra preciosa, que tiene el poder de transformar a las personas en monstruos sin cerebro.

Sulinara invoca al Señor demonio Demonicus para conseguir las piedras de estrella. A cambio, Sulinara le promete que podrá vengarse de Conan, contra el que sufrió una amarga derrota en el pasado.

Un terremoto despierta a un cambiaformas sellado siglos atrás, bajo las ruinas donde descansan Conan y los niños.

Conan y los chicos son llamados por el rey de Shadizar, la ciudad donde se crio Brynne, para proteger la cámara del tesoro durante una única noche de unos hábiles ladrones.

Conan trabaja a regañadientes con el chamán de la tribu Pict de Navah, para evitar que un viejo aliado poseído resucite a un monstruo llamado Unitaur.

Conan y los chicos se dirigen a la fortaleza de Hambold para liberar al Comandante Orance, el maestro de Draegen, que se encuentra cautivo en su interior.

Los Jóvenes Guerreros se encuentran con Tisara, una bella guerrera con grandes habilidades. Ella afirma que Brynne le robó la piedra estrella y que esta le pertenece por derecho propio.

Conan y los chicos ayudan a un hombre que lucha en desventaja contra un grupo de asaltantes, pero en mitad del combate, los poderes de los chicos empiezan a descontrolarse.

Dreagan se enamora de una joven que podría ser la clave de una vieja profecia.